Barrio de Cuatro de Marzo

 


Desde mediados del siglo pasado, la zona sur de Valladolid se convirtió en la zona natural de expansión de la ciudad, que creciendo a lo largo del margen izquierdo del Pisuerga, ha llegado a convertirse, con la construcción de los barrios de Parque Alameda y de Covaresa, en uno de los sectores más poblados de Valladolid.

Uno de los barrios pioneros en esta expansión hacia el sur fue un barrio de nombre hoy en día polémico: el Barrio de Cuatro de Marzo.

Nos situamos en uno de los momentos más duros de la historia de nuestro país. Tras sufrir una cruenta guerra civil, tocaba sufrir algo igual de terrible, los más de diez años de postguerra en los que España, aislada del exterior, no terminaba de recuperarse nunca. Años de atraso en industria y agricultura, hambre, enfermedades, escasez de los productos más básicos…y uno de los mayores problemas era la escasez de viviendas, agudizado por el éxodo rural hacia las ciudades, un problema que visto lo visto, parece que cincuenta años después aún no se ha terminado de solucionar…

Para tratar de aliviar la falta de techo digno de los españoles, el franquismo creó dos organismos dedicados específicamente al efecto, como fueron la Obra Social del Hogar o el Instituto Nacional de la Vivienda, con el fin fundamental de construir nuevas viviendas para las personas más necesitadas de ayuda, que en Valladolid se tradujo en la creación de barrios enteros para que todas aquellas personas que desde el mundo rural emigraban a nuestra ciudad atraídos por las nuevas industrias que se estaban creando, pudieran tener un hogar.

Este es el caso del Barrio de Cuatro de Marzo.

En 1954 se aprobó la construcción de un barrio que ocuparía el espacio existente entre el final del Paseo de Zorrilla y la orilla del río Pisuerga, que estaría compuesto por 1947 pisos, escuela y una iglesia con centro parroquial, que será la de Santo Domingo de Guzmán, creándose así toda una barriada que estaría dividida en dos zonas, en cuya unión se situaría una zona verde. Más tarde se construiría el Puente de la División Azul, hoy Puente de Arturo Eyries.

Plano del proyecto urbanístico del Barrio de Cuatro de Marzo de principios de los 50

En cuanto a los edificios, la mayor parte se distribuirían en un bajo con cuatro o cinco plantas, construidos de forma muy económica y sin grandes adornos, siendo lo más característico de este barrio las fachadas de ladrillo rojo y zócalos blancos, aunque esta uniformidad se ha visto truncada por las últimas reformas realizadas. La excepción son las cinco torres de once plantas de altura que cierran el barrio e indican de forma muy visual el principio y el final del mismo.

Sobre las viviendas, no había mucho donde elegir. Solamente se proyectaron cuatro tipos de hogares que se diferenciaban por su distribución y su superficie, que iba entre los 80 y los 130 metros cuadrados, pero dada la situación de la vivienda en ese tiempo, tampoco se podía ser muy escogido…

Vista aérea del Barrio de Cuatro de Marzo en los años 60

Aunque las obras se dieron por terminadas en 1962, fue el 29 de octubre de 1959 cuando tuvo lugar la inauguración oficial del barrio con la presencia del Jefe de Estado, Francisco Franco, cuya última visitaba a nuestra ciudad tuvo lugar con motivo de la inauguración de la factoría de SAVA y la Gran Escuela José Antonio diez años antes, finalizando el acto oficial con la entrega de las primeras viviendas y las bendiciones del arzobispo José García Goldáraz. Eran otros tiempos…

Con el paso del tiempo, este barrio que en su día fue periférico, acabó plenamente integrado en la ciudad por la expansión del urbanismo hacia la zona sur, y como todo en esta vida, se vio obligado a adaptarse a los nuevos tiempos.

Obras en la Calle Falla a mediados de los años 60
 

En el momento de la construcción del barrio, lo de la eficiencia energética era hablar en chino, pero lo cierto es que la calidad media-baja de las viviendas causaba pérdidas de calefacción y consumos de energía muy altos. Además, prácticamente ninguno de los edificios poseía ascensor, algo que nadie se planteó en su momento, pero con el envejecimiento de la población del barrio, se convirtió en una necesidad básica.

Para solucionar estos problemas, la sociedad municipal VIVA creó a principios del siglo XXI una línea de subvenciones para lograr mejoras en estos ámbitos, llevándose a cabo una enorme actualización de gran parte de los edificios, como fueron la reforma de las fachadas para mejorar los aislamientos, la instalación de equipos de bajo consumo, la simplificación de trámites y ayudas para la instalación de ascensores y dotación de subvención para la colocación de placas solares.

Gracias a estas líneas y al esfuerzo económico de los vecinos, el barrio ha dado una vuelta de 180 grados, mejorando sustancialmente la vida en esta zona y consiguiéndose un rejuvenecimiento en la población.

Vista aérea del Barrio de Cuatro de Marzo en los años 80
 

Otro gran problema de este barrio es el aparcamiento. Desde la óptica de los años 50, cuando los más optimistas pensaban que a lo sumo habría algunas familias que se pudieran permitir un SEAT 600, incluso algún “milloneti” podría adquirir un SEAT 1.500, no se plantearon que pudiera darse este problema, pero el paso del tiempo y el avance económico y social del país, supuso que cada familia fuera propietaria de un vehículo o dos, y ante la imposibilidad de crear garajes en los bajos de los edificios al estar destinados a viviendas, los vecinos se veían obligados a dejar el vehículo en unas calles en las que no había tantas plazas de aparcamiento como coches en el barrio, problema que se agravó seriamente con la construcción de El Corte Inglés en 1988.

Para dar una solución a los vecinos, se instauraron zonas de aparcamiento disuasorio, primero solo con zona azul, y posteriormente con zona verde exclusiva para residentes y zona de aparcamiento verde y blanca, mixta para residentes y aparcamiento rotatorio. Otro intento de acabar con los problemas de aparcamiento fue la transformación del antiguo Colegio Felipe II en una explanada donde dejar el coche.

Otros importantes cambios se dieron en el equipamiento del barrio, como el establecimiento de la Escuela de Danza, la apertura del Centro de Formación de Profesores de Idiomas en la Calle Albéniz, o la mejora de las instalaciones del Colegio Público Francisco de Quevedo.

Escuela de Danza situada en el Barrio de Cuatro de Marzo
 

El último gran cambio en el Barrio de Cuatro de Marzo se ha dado el año pasado, cuando se renovaron y ensancharon gran parte de las aceras y se creó una nueva plaza en la Calle Falla, de la que se retiró el último símbolo franquista de esta zona, el monolito dedicado a Jesús Aramburu, gobernador civil de Valladolid y promotor de la construcción de este barrio.

Otro elemento que fue retirado de este lugar fue una antigua cabina de teléfonos integral, de las pocas que quedaban en Valladolid, si no la última, algo que creo que fue un error y que debería de haberse mantenido, aunque solo fuera por su valor histórico.

Para ir acabando, dos datos curiosos de este barrio.

El primero es que todas las calles que configuran su primera fase, es decir, la que va desde El Corte Inglés hasta el Parque del Doctor Quemada, tienen nombres de músicos españoles. De esta forma, nos encontramos con las calles Sarasate, Falla, Joaquín Rodrigo, Arrieta... desconozco por qué se eligió esta temática, así que, si alguien sabe la razón, le estaré muy agradecido de que me lo cuente.

El segundo detalle curioso es una cruz blanca de madera que se encuentra justo antes de llegar al puente de Arturo Eyries y que estoy seguro de que, si habéis paseado por la ribera del río, os habéis fijado en ella. Verla tan desamparada y entre tanta vegetación, ofrece la sensación de que señala alguna tumba, pero en realidad su finalidad es la de recordar el lugar en el que se encontraba el primer convento en el que ingresó Santa Teresa de Jesús, del cual no tardaron en mudarse dada la humedad y falta de salubridad de este lugar. De hecho, la propia senda que discurre por la orilla del río, recibe el nombre de senda de Santa Teresa por esta razón, y se colocó una estatua en homenaje a la religiosa en el Paseo de Juan de Austria.

Estatua en recuerdo de Santa Teresa de Jesús
 

Ya para terminar, y como no podía ser de otra forma, llega el momento de explicar a qué se debe el extraño nombre de este barrio

Con esa fecha se recuerda el acto que tuvo lugar el 4 de marzo de 1934 en el Teatro Calderón, en el cual se fusionaron la Falange Española y las JONS, organizaciones políticas de corte fascista y favorables al bando nacional en la Guerra Civil Española.

De acuerdo con la vigente Ley de Memoria Histórica, esta denominación debería de ser sustituida por otra más neutral, pero tras diversas tentativas, la falta de ideas para rebautizar el barrio y el actual clima de confrontación política, han llevado a que no se tome ningún tipo de decisión al respecto, así que, por el momento, y sin nuevos proyectos en perspectiva, parece que el nombre de Cuatro de Marzo seguirá durante muchos años.

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